En las estaciones de servicio, existen retos considerables en relación con la seguridad informática. Estas instalaciones, que tradicionalmente no han sido el foco principal de las estrategias de seguridad informática, están cada vez más conectadas digitalmente y son susceptibles a ciberataques. Problemas como el acceso no autorizado a través del WiFi público, dispositivos de pago sin actualizar, y brechas en la red interna, pueden comprometer tanto los datos de la empresa como la privacidad y seguridad de los clientes.
Se propone la incorporación de un dispositivo de ciberseguridad avanzado, funcionando como una sonda, en cada estación de servicio. Su función es monitorear constantemente la red, identificar y alertar sobre cualquier actividad sospechosa o anómala. Esto incluye la detección de intentos de ciberataques, identificación de dispositivos conectados a la red WiFi que estén sin actualizar, comprometidos o no autorizados, y el monitoreo de brechas de seguridad en tiempo real.
Tras la implementación de este dispositivo, las estaciones de servicio experimentaron una reducción notable en incidentes de ciberseguridad. La capacidad de detección en tiempo real permitió responder rápidamente a amenazas potenciales, evitando así brechas de seguridad significativas. La confianza de los clientes mejoró al saber que sus transacciones y datos personales estaban seguros. Además, la empresa pudo cumplir con regulaciones más estrictas de protección de datos y ciberseguridad, evitando posibles sanciones. A largo plazo, esta mejora en la ciberseguridad contribuyó a la reputación y la sostenibilidad del negocio en un entorno cada vez más digitalizado y conectado.
